Amelia Earhart

Carismática, intrépida e imparable. Así era esa fuerza de la naturaleza llamada Amelia Earhart, la piloto más famosa del mundo pero no la primera como se suele afirmar. Nacida el 24 de julio de 1898 en un pueblo de Arkansas y ¿fallecida? en 1937 en algún lugar indeterminado del Pacífico, fue el ejemplo perfecto para aquellos que creen que si te lo propones, no hay nada que te impida conseguirlo. Nacida en un hogar que hoy en día llamaríamos desestructurado con un padre alcohólico, su madre no tuvo reparos en llevarse a ella y su hermana fuera de ese entorno. Enfermera durante la Primera Guerra Mundial, sería allí donde empezaría a interesarse por los aviones, pero no sería fácil siendo mujer a principios del siglo XX que alguien se prestara a enseñarle cómo pilotar uno. Será otra mujer piloto y esta sí, pionera de la aviación femenina, Neta Snook quien le diera clases y también descubriera de lo que era capaz Amelia. A los 25 años compró su primer avión, al que apodó «El Canario», y en 1927 era ya reconocida como uno de los mejores pilotos estadounidenses. Alta, rubia, atractiva y con cierto aire andrógino, fue la sensación de la época y toda una celebridad que competía con las mismísimas celebridades de Hollywood.
Amelia Earhart

¿A qué dedicó su vida?

Volar, volar y volar. Cada vez más alto, cada vez más lejos. Fue la primera mujer como pasajero en hacer un vuelo transatlántico en 1928 y y se hizo famosa por eso, pero siempre quiso pasar a la historia como piloto y sobre todo ser respetada como tal. Así pues, en 1931 estableció un récord mundial de altura y en 1932 se convertiría en ser la primera mujer en sobrevolar el atlántico, saliendo de Canadá y aterrizando en Irlanda. Entre 1930 y 1935 estableció varios récords de velocidad y distancia, llegando a convertirse en la primera mujer en sobrevolar ambos océanos.
Amelia Earhart
Amelia_Earhart_reconocimientos

Reconocimientos

Si no os sirve ser la piloto más famosa de la historia… Pues le concedieron las llaves de varias ciudades norteamericanas, el presidente Hoover le otorgó la medalla de oro de la National Geographic Society, creó una firma de moda, basada en su ropa de aviación que llegó a vender en Macy’s y la revista Vogue le dio una de sus portadas, fue varias veces elegida la mujer del año y el Congreso Norteamericano le condecoró con la Distinguished Flying Cross, otorgada por primera vez a una mujer.

Su legado

Desde pequeña ya soñaba con desafiar los estereotipos a los que las mujeres estaban condenadas y dedicó su vida a romperlos sin miramientos, no sólo fue piloto de aviones, si no también de carreras de coches, algo impensable para muchas mujeres en esa época. Abanderada de la lucha feminista, fundó El Club de las Noventa y Nueve para mujeres pilotos y siempre fue un altavoz que no paraba de repetir: «Puedes hacer todo lo que te propongas hacer, puedes cambiar y controlar tu vida, el proceso es tu propia recompensa.»
Amelia Earhart
Amelia Earhart

Todos somos humanos

Es difícil encontrar puntos oscuros en la vida de Amelia Earhart, quizá se le puede achacar no medir los riesgos en pós de aventuras muy peligrosas para satisfacer su propio ego. O demostrar cosas al mundo que ya nadie le pedía que hiciera, como ese último vuelo fatídico de 1937 en el cual desapareció junto a su copiloto, Fred Noonan, donde los problemas y las calamidades se dieron desde el inicio. Un 3 de julio de 1937, fue la última vez que se supo de Amelia Earhart, se dirigían a la Isla Howland, cerca de Australia, nunca más se supo de ellos y entonces comenzaron las teorías, tantas, como grande era el espíritu de esta mujer.
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